lunes, 21 de mayo de 2012

Periodistas Jaime Iturri y Carlos Valverde se atacan y se sacan trapitos al sol


El comentarista Carlos Valverde respondió el fin de semana en otra columna al Director de Contenidos de ATB, Jaime Iturri, quien le acusó de haber comandado la masacre de la Comisión Néstor Paz Zamora (CNPZ) cuando era jefe de inteligencia del gobierno del MIR.  "Es un servil al Movimiento Al Socialismo (MAS), lo vi también ejerciendo el servilismo con Don Raúl Garáfulic; el Presidente habla evadas y Jimmi escribe iturradas", señaló.

"Desde que decidí publicar “Maten a Rozsa!”, sabía que el Gobierno iba a buscar desprestigiarme y atacarme como pueda, sea con infundios, acusaciones sin sentido o con pseudo procesos judiciales; todo le iba a servir para evitar que el libro pueda ser considerado en la importancia que tiene en la búsqueda de lograr el esclarecimiento de semejante rompecabezas en el que el Gobierno tiene gran parte de responsabilidad", manifestó

Texto completo de Valverde

Pensé que iban a ir por las ramas y así lo venían haciendo; primero, en Santa Cruz, sale la Arq. A. Sosa (ahora aliada del MAS en la Alcaldía cruceña) y accionan en tribunales ordinarios lo que debiera ser tratado en un tribunal de Imprenta.

Luego, aparece el Presidente Morales acusándome de haberlo insultado y algunas otras linduras en su estilo ya conocido (ya publiqué una larga carta en mi página www.carlosvalverde.com y en las redes sociales donde se demuestra que sólo hago referencia a casos que, curiosamente él no quiere “desglosar” como aseguró el mandatario), agrega.

Ahora es el mediocre J. Iturri a quien se le ocurre oficiar de “escribidor del relato oficial” para asegurar lo siguiente: “quién comandó el operativo y dio todas las órdenes fue Carlos Valverde Bravo, por entonces jefe de Inteligencia de Jaime Paz Zamora, quien se disfraza, hoy por hoy, de periodista y acaba de editar el libro ¡Maten a Rózsa! destinado a sembrar dudas sobre el caso que involucra a mercenarios y a separatistas cruceños” (textual escrito por Iturri).

La verdad es que leer a Iturri me dio pena; ni siquiera me causó molestia. Primero porque pasan más de 20 años de lo ocurrido en la calle Abdón Saavedra y, además porque el pobre hombre no sabe que en el Ministerio del Interior había 1 Ministro y 3 Subsecretarios que estaban antes que yo en la Cadena de responsabilidades pero que además, yo, que ni siquiera hice el servicio militar (soy orgullosamente inhábil y tengo libreta de color rosado, con un sello que dice Auxiliar B) jamás pude haber estado comandando un operativo por encima de Coroneles de la Policía y otros de Rango inferior. Civiles no encabezan a policías y militares, eso es una verdad incontrastable. (El Ministro y los Subsecretarios tampoco participaron).

Por eso me causa pena Iturri, porque en su intención de convertirse en el “relator” de los embustes y de la “historia oficial” no repara en temas como esos, que son básicos y debieran ser de su conocimiento pero, claro. si de descalificar al autor de “Maten a Rozsa”, el libro que incomoda al gobierno se trata, el pobre hombre es capaz de escribir lo que le encarguen o, lo que es peor, lo que se le ocurra, sin darse cuenta que queda mal parado porque denotan su pobre preparación y conocimiento en asuntos de Estado; claro, a él le importa quedar bien con el poder, no su deteriorada imagen personal; eso ocurre con todos los que son serviles (me refiero sólo a su condición de periodista).

Me permito señalar la falta de valor civil que tiene el pretendido “relator” que intenta descalificarme, porque él tuvo la oportunidad de preguntármelo personalmente hace poco más de 12 años, cuando yo trabajé en Estudio Abierto en la Red ATB, un programa en el que estaban Cayetano (el viejo y querido Tano) Miriam Claros, Lorenzo Carri, entre otros y también el pesado y lento Jaime Iturri (le encanta que le digan Jimmi – lo de pesado se refiere únicamente a su forma de expresarse y divagar en cámaras y a su desagradable tonito chillón y no hace alusión a ninguna otra cosa).

En ese programa yo me destaqué rápidamente, Iturri me llamó para reclamarme que él era el encargado de Prensa y que yo debía coordinar con él y yo no le di importancia y coordinaba con el “Tano”; seguramente de ahí su molestia conmigo, además, reitero, me tuvo cerca para preguntarme acerca de lo que hoy escribe veintitantos años después y no tuvo el valor civil de hacerlo de frente. En ATB lo vi también ejerciendo el servilismo con don Raul Garafulic, a quien recuerdo con afecto porque él me introdujo en los medios.

Años después, llegué a PAT y, de nuevo me encuentro con el “relator”; rápidamente ocupé su lugar y, lamentablemente para él, quedó de relleno por un tiempo y se hacía cargo de suplir mis ausencias cuando yo iba de vacaciones. Esas deben ser sus razones para tenerme resentimiento, claro. El sapo escupe a la luciérnaga porque brilla.

En fin, en PAT, Iturri, el “relator” también tuvo la oportunidad de preguntarme acerca del “relato” de arriba y no lo hizo, otra vez, falta de valor civil.

Claro, debe haber sido después de su salida de PAT que se le pudo ocurrir “regalar” su pluma (o las letras de su computadora) y ponerla al servicio de quienes interesados en escribir la “historia oficial” del Gobierno pudieran tenerlo entre sus más conspicuos (significa sobresaliente, por si acaso) colaboradores; no me consta que se haya ofrecido a los gobiernos anteriores con los que también fui duro crítico; no lo descarto tampoco.

Eso lo sabrá él, el “relator de la mentira oficial” que decidió no comentar el libro Maten a Rozsa; lo entiendo, el libro para él y para los que vengan luego es “secundario”, aunque todo lo van a hacer con el objetivo de atenuar su impacto.

En fin, ahí está y estará Iturri, dirigiendo o trabajando en canales filomasistas y haciendo programas que no ve nadie donde seguramente “llevar” al Presidente y al Vicepresidente para adularlos será su gran mérito y éxito. Yo voy a seguir haciendo lo que entiendo debo hacer. Soy periodista, afiliado a la Asociación de Periodistas de Santa Cruz, tengo más de 10 Premios BISA al periodismo en TV y Radio, un premio Patujú de El Deber por mi trabajo en medios y, sobre todo, el aprecio y respeto de miles de escuchas y televidentes. No se si el “escribidor oficial” puede decir lo mismo.

Por eso digo: periodista a tu oficio, hacer periodismo no es gustarle al gobierno de turno, como pretende Iturri; periodismo es molestar al poder, al fin de cuentas, de nosotros depende que se sepa lo que el Poder quiere ocultar. Lo que son las cosas!!! El Presidente habla Evadas y “Jimmi” escribe Iturradas!!!!

Aclaro que no voy a responder más a los “relatores” que salgan, Iturri tiene el privilegio porque es el primero, destaca.

Texto completo de Jaime Iturri

Por ese entonces vivía en la Rosendo Gutiérrez y trabajaba en la vieja Última Hora, la de los buenos tiempos, cuando Mario Mercado aún vivía. Esa mañana me despertó el ruido de los disparos. Me levanté asustado, corrí a las ventanas del fondo y desde ahí pude escuchar nítidamente el tiroteo. Era el 5 de diciembre de 1991. La balacera se producía en la Abdón Saavedra, en la casa donde la Comisión Néstor Paz Zamora tenía secuestrado al industrial y dirigente deportivo Jorge Lonsdale.

Prendí mi radio (por la hora no habían comenzado los informativos en televisión) y escuché el relato de lo que pasaba: la refriega, la toma violenta, las declaraciones de un militar cuya empleada doméstica había descubierto en su baño a dos de los guerrilleros (Miguel Northtufter y Luis Caballero Inclan). Esas declaraciones fueron rescatadas por BolPress: “Los ruidos en el techo de mi casa y disparos me despertaron. Lo primero que hice fue bajar al dormitorio de mi papá y preguntarle qué pasaba. La empleada había sido amenazada por dos personas armadas en el pequeño baño (que queda en un corredor abierto, ubicado al nivel del sótano, en relación a la calle Abdón Saavedra). Mi casa estaba ya con varios policías civiles, unos nueve creo, y detuvieron a las dos personas, las maniataron con sus cinturones, creo, y se las llevaron (...) salieron por aquí (señalando una ventana desde su dormitorio en el 2° piso) que da a un techo de calamina y por donde antes habían llegado los dos... Sí, por ahí salieron policías y detenidos. Ya antes se movían en los techos otros policías y se veía una escalera que estaba colocada junto a la casa de abajo, que colinda con la del Sr. Torres... Uno era delgado, de unos 30 años, calvito. El otro era moreno y de baja estatura. Los detenidos (...) se rindieron ante la Policía que les amarró las manos y los sacó como dije. Aún gritaba uno Viva el ELN…”.

Luego, esos detenidos y maniatados fueron llevados a la terraza y arrojados desde ahí, según cuentan los testigos. Claro, La Paz es un embudo y desde las casas que están unos metros más arriba se veía todo lo que pasaba.

Por qué traigo esta historia, porque quién comandó el operativo y dio todas las órdenes fue Carlos Valverde Bravo, por entonces jefe de Inteligencia de Jaime Paz Zamora, quien se disfraza, hoy por hoy, de periodista y acaba de editar el libro ¡Maten a Rózsa! destinado a sembrar dudas sobre el caso que involucra a mercenarios y a separatistas cruceños. No voy a comentar el libro, lo leí y reí mucho por lo forzadas de las conclusiones, pero sí me gustaría que Valverde ponga el mismo celo en contar toda la verdad de la masacre de la Adbón Saavedra, porque los que tienen techo de vidrio no deberían dedicarse a tirar piedras al cielo.

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