Davinia Fernández y Diego Parada |
Desde que la prensa de farándula fue testigo de que Diego era inseparable de la magnífica, se esperó el ansiado anuncio que no se hizo antes porque, siendo reina de la ‘fiesta grande’, tenía que cumplir con sus contratos.
Con una sucesora ya confirmada (Daniela Saucedo), Davinia ya puede permitirse pensar en boda y planificarla. Y no será una ceremonia tradicional, sino más bien una romántica a la orilla del mar, descalza, sobre la arena y con un sencillo traje blanco.
Lo único que está asegurado es el paquete que llevará a todos hasta la playa de Punta Cana, lo demás todavía no ha sido organizado. Eso sí, la casa donde vivirá la pareja ya está en construcción.
“Está todo al revés”, explicó la sensual pelinegra, pues en vez de empezar con la planificación del enlace se concentraron en la de su futuro hogar, que será en la doble vía a La Guardia.
El viaje de los novios y de los invitados (60 personas) es el 25 de abril y durará hasta el 2 de mayo. Faltan planificar las bodas civil y religiosa, que aún no tienen fecha, eso sí, serán superíntimas y con muy pocas personas
A Davinia solo le falta su tesis de Sicología y Diego ya es abogado.
Ahora se preguntarán si seguirá modelando a pesar de su nuevo estado civil, pues la respuesta es sí. Su futuro esposo sabe muy bien lo importante que es para ella el modelaje, claro que antes de aceptar una oferta la discutirán juntos.
¿Habrá hijos pronto? No, piensan disfrutar de la vida de pareja y se van a tomar su tiempo.
“No podíamos hablar del compromiso”
La confesión de la novia
“No podíamos hablar de compromiso y nos dijimos hagámoslo por debajito. Cuando preparé a mi familia con la noticia me di cuenta de que ya se lo esperaban y luego se fueron dando las cosas. Todos adoran a Diego, mis hermanos se llevan muy bien con él y su familia es muy cariñosa y atenta conmigo. Cuando me nombraron reina del Carnaval, ellos me hicieron un almuerzo; fue un bonito detalle.
Todavía no tengo anillo de compromiso y ni qué decir del traje de novia, ¡es todo muy raro! Lo único que sé es que quiero un vestido supersencillo y les he pedido a todos que vayan a la ceremonia con colores bajitos. Nunca he viajado con mi familia, por eso quisimos disfrutar de una fiesta de siete días en la playa.
Nuestra casa propia ya la estamos construyendo, vamos todos los días a ver los avances y se está haciendo a nuestro gusto. Realmente estoy muy feliz por todas las cosas que están pasando”.
El Deber
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