Jorge Alberto Soliz Torrico es ingeniero mecánico de la Universidad Mayor de San Simón. archivo |
El “Galactic Suite” es el primer hotel espacial del mundo, que actualmente tiene 25 reservas por más de un millón de euros cada plaza. Es uno de los proyectos más ambiciosos de la ciencia en el que participó el boliviano Jorge Alberto Soliz Torrico, un ingeniero mecánico de 34 años que tiene un importante recorrido en este y otros proyectos aeroespaciales.
El año 2008 cuando realizaba el Doctorado en “Ciencia y Tecnología Aeroespacial” fue requerido por el Centro de Tecnología Aeronáutica y el Espacio para diseñar la órbita y la trayectoria del hotel que gravitará en el espacio. Este hotel contará con módulos cabinas o-para una pareja o una familia- donde los turistas permanecerán por dos semanas; previamente permanecerán en un hotel resort en tierra -durante un mes- donde se les instruirá y hará todos los estudios necesarios para su estadía en el espacio.
El grupo de análisis de la misión estuvo conformado por siete especialistas procedentes de Gales, Portugal, Irlanda, España y Bolivia. El proyecto del “Galactic Suite” concluyó el 2009, y actualmente está en etapa de financiación. “Se ha conseguido un 60 por ciento de los 200 millones de euros que se requiere”, informa Jorge Soliz explicando que se espera completar los recursos hasta fin de año.
“Durante mi tesis doctoral tuve un tutor -Josep Masdemont Soler- muy reconocido en el mundo, y cuando se presentan este tipo de misiones, él siempre da consejos”, cuenta.
Así como éste existen otros proyectos -anteriores y en camino- que impulsan a Jorge difundir su experiencia a los jóvenes profesionales y estudiantes que tengan este interés.
“Un satélite es una plataforma en el espacio utilizada para diferentes fines: telecomunicaciones, para tomar fotografías o para la investigación del comportamiento de diferentes componentes en el espacio”, explica brevemente sobre el ámbito en el que trabaja.
Al salir del colegio y elegir una carrera profesional, la aeronáutica era su principal objetivo. Sin embargo, al no existir esta carrera en Cochabamba, decidió ingresar a Ingeniería Mecánica en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) como una base para lograr su objetivo.
Tras terminar sus estudios, desde el año 2003 inició su especialización en aeronáutica y satélites espaciales, realizando varios cursos, una maestría y un doctorado en universidades de España. Una de sus limitaciones fue que en Bolivia el desarrollo de esta tecnología estaba y continúa limitada a las telecomunicaciones, es así que la mayor experiencia de Soliz fue desarrollada en Europa.
PROYECTOS Cuatro proyectos satelitales fueron la experiencia previa al “Galactic Suite”. El primero fue el SCETI Express, un satélite desarrollado por estudiantes de varias universidades de Europa, donde estuvo encargado del seguimiento de la misión.
En el ESEO, un satélite impulsado por la Agencia Espacial Europea, Soliz estuvo a cargo del estudio de control térmico para diseñar los componentes de su estructura. Asimismo, está el UPCSAT 1 de la Universidad Politécnica de Cataluña donde realizó el control de actitud y software.
Finalmente está el SEDSAT II, un satélite impulsado por una organización mundial de estudiantes (SEDS) donde realizó el control de actitud.
Recién fue requerido para dirigir el proyecto del segundo satélite colombiano “Libertad 2”, que es impulsada por la universidad Sergio Arboleda.
A Jorge le interesa aportar en el proyecto del Satélite “Tupac Katari”, donde Bolivia debe invertir 3,2 millones de dólares para la capacitación de profesionales, pero hasta ahora nadie respondió a su propuesta de apoyo en el proyecto.
Astrodinámica para universitarios
Con la finalidad de abrir las perspectivas de estudiantes bolivianos, la Universidad Mayor de San Simón y la Facultad de Ingeniería, organizaron el curso de “Astrodinámica y navegación de satélites” que se realizó la semana pasada en el auditorio de la Facultad.
Jorge Soliz, desde su experiencia expresa que en Bolivia los jóvenes limitan mucho sus capacidades, que además no son promovidas e impulsadas por las universidades y las autoridades educativas.
“En Europa los jóvenes tienen una mente más amplia, son los mismos estudiantes quienes buscan su financiamiento y lo consiguen”, expresa Soliz tratando de transmitir ese dinamismo a las nuevas generaciones de estudiantes.
Soliz explica que para iniciar la carrera aeroespacial y aeronáutica, en Bolivia se puede empezar por una ingeniería mecánica, electrónica, electromecánica, física, matemáticas, arquitectura, leyes, e incluso biología. “Todas son importantes en este campo”, asevera.
Opinión
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