domingo, 28 de octubre de 2012
Maricruz Ribera: "Voy a ser madre antes de los 35"
Está con 31 años y dejó de ser la rubia platinada de los calendarios. Desde su departamento en Miraflores (La Paz) nos contó todo.
Ya no depende de su físico, su actividad laboral ahora está en la televisión. Está pesando 65 kilos y sigue luciendo regia, tal vez porque su felicidad interna se proyecta al exterior.
En su canal (red ATB) le sugirieron oscurecerse un poco el cabello, pero eso sí, su estilo se lo mantuvieron: “Cuando empecé en televisión lo primero que me enseñaron fue a proyectar la mujer que todas quieren ser y la mujer que todos quieren tener”, dijo.
Su vida ya está hecha en la sede de Gobierno, nosotros le tomamos el pulso y ella aceptó posar como en los viejos tiempos en el místico lago Titicaca, el mirador de Killi Killi y la histórica plaza Murillo.
Atrás quedaron sus días de posar en biquini, confirmó que ‘los colgó’ hace tiempo y no volverá a ponérselo para una foto. Pero esa no fue la única revelación, Maricruz Ribera está enamorada, mantiene una relación desde hace año y medio con el gerente general del Grupo Fergus y aún no ha superado la trágica muerte de su padre, el ingeniero Armando Ribera, producto del desplome del edificio Málaga cuando aún estaba en construcción.
Dispuesta a hablar con la verdad, sin poses ni frases estudiadas, así entablamos esta charla con ella:
-¿Qué te motivó a irte a La Paz y hace cuánto tiempo que estás allá?
-Hace un año que estoy acá. Antes trabajaba en prensa de ATB Santa Cruz y me dijeron ‘probá tres meses por si te gusta’ y me vine. Siempre me gustó La Paz y no fue difícil acoplarme, creo que todo depende de la actitud. Cuando me vine quería un cambio en mi vida y descubrir algo nuevo.
-¿Y encontraste ese algo nuevo?
-Todo lo que veía me parecía interesante y me llenaba. Aquí pude hacer amigos en el canal, no hubo eso de llegar y sentirme fuera de lugar. Los primeros tres meses me alojaron en el Radisson, después me consiguieron un departamento cerca de mi trabajo y lo amoblé a mi gusto, estoy feliz porque hace años que quería vivir sola. Profesionalmente descubrí un mundo nuevo, en Santa Cruz solo era la modelo, aquí soy la periodista de ATB.
-Pero algo debió pasar en Santa Cruz para que decidás cambiar de ciudad...
-Primero pasó lo de mi papá, luego los programas de chismes me inventaron de todo, por último, necesitaba crecer profesionalmente y pensé ‘qué mejor hacerlo que en el centro político del país’.
-¿Y has tenido buena recepción?
-La gente te trata según el trato que vos le das, yo me vine con una mirada positiva y he recibido cosas positivas. Hice oídos sordos a los que me dijeron que tal vez me iban a tratar mal y que por ser modelo me iban a juzgar como frívola. Cuando me animé a bailar en el Gran Poder la gente me decía: “Maricruz, ahora sos paceña” y como fui reina del Carnaval cruceño, esta vez me sentí reina de La Paz.
-¿En qué consiste tu trabajo en el canal?
-Trabajo en medios hace cinco años, pero antes estaba más abocada al tema de espectáculos. Ahora estoy en la primera edición de ATB noticias, cubro todo lo que es el área internacional y hago la móvil al mediodía. Es excitante, recuerdo cuando llegaron los mineros al centro de La Paz y tuve que esconderme detrás de lo que podía, fue como una aventura. Lo que para muchos era un caos, para mí era la nota del día.
-Te formaste como arquitecta, pero te quedaste en medios, ¿será así para siempre?
-Acabo de hacer un diplomado en Nuestra Señora de La Paz en Dirección y Manejo de Medios de Comunicación. Ya estoy prácticamente dedicada a los medios, me vine a hacer periodismo con todo. Me apasiona la TV, pero también sé que me falta mucho recorrido. Ya no soy una peladita y tengo la energía y madurez necesaria para seguir creciendo.
-¿Es cierto que tu corazón tiene dueño?, ¿es cruceño o paceño?
-Sí, tiene dueño y es cruceño. Estamos juntos desde hace un año y tres meses, me vine cuando estábamos recién enamorando, se llama Luis Fernando Rojas.
-Entonces es amor de lejos... ¿creés que resultará?
-Dicen que el amor de lejos no resulta, pero yo creo que así aprendés a valorar a las personas y a apreciar ese momento que están juntos. El amor a la distancia nos unió. Yo voy o él viene, de los cuatro fines de semana al mes dos pasamos juntos.
-¿Es cierto que ya ‘colgaste el biquini’?
-No podés ser modelo eternamente, 2006 fue mi último año. Uno no puede pretender tener la figura de cuando tenía 20 años y competir con chicas que están empezando en el modelaje, ya tuve mi cuarto de hora y lo supe aprovechar, me consolidé en la TV.
-Ese año hiciste una fuerte y sensual campaña que se denominó Puro cuero y estuviste viviendo en la casa de cristal de una telefónica, fuiste la modelo más requerida, ¿cómo es que decidiste que era la hora de retirarte?
-Ese mismo año hice como 14 calendarios diferentes y decidí retirarme porque prefiero que me recuerden así. Yo siempre dije: ‘no quiero que digan ¿y esta desubicada qué hace aquí?’, ya no tengo el cuerpo de cuando tenía 25. Sentí que ya había hecho todos los trabajos que hubiera imaginado.
-Siempre fuiste sensual y supiste mostrar lo que tenías... ¿ahora como presentadora ya no te permiten vestir igual que antes?
-Nunca fui superdelgada, fui voluptuosa, piernuda, nalguda y de senos grandes, y le saqué provecho. La gente me decía ‘usted sí es de verdad’, mientras que las otras eran más altas y más delgadas.
Estoy más macanudita, no me voy a poner un short corto, pero sí un vestidito que me defina como mujer porque ahora estoy presentando un noticiario. La sensualidad y el ser mujer no los podés perder nunca.
-Si mirás hacia atrás ¿cuál es tu mejor recuerdo?
-El reinado del Carnaval, porque fue un reinado diferente, porque tuve que luchar por él.
-A propósito de ese reinado... ¡tremenda jocha que hiciste, sos la única reina del Carnaval que estuvo casada!
-(Risas) Yo nunca ejercí el estar casada, siempre viví en casa de mis padres. Hice una travesura, lo acepto. Lo del matrimonio fue un quince sin vestido, mis padres casi me matan. Los dos éramos unos peladingos mocosos que se fueron a un notario y firmaron. Al final se anuló. Estuvimos casados creo que año y medio y fuimos cortejos 10 años.
-¿Y ahora pensás en volver a casarte?
-Con el tiempo cambian los sueños, ahora solo busco ser una mujer feliz. No es que está o no está en mis planes el matrimonio, prefiero no pensar en ello, quiero vivir el presente porque el futuro ya se va a acomodar.
-¿No has pensado en la maternidad?
-Sí, he pensado, dicen que el primer hijo es recomendable tenerlo antes de los 30, pero cuando me toque me tocará, te garantizo que va a ser antes de los 35. No es algo que lo vea cercano.
-¿Se puede decir que ya superaste la pérdida de tu padre?
-Para mí mi padre nunca se fue, yo siempre lo nombro, prefiero pensarlo así. No sé si es una manera de engañarme. Trato de no recordar lo malo o la forma cómo falleció. Recuerdo que me decía para levantarme: “En la selva el león se despierta todas las mañanas, si no corre y caza se muere de hambre y la garza si no corre se la comen. No importa si sos león o garza, si no corrés estás lista”. Si no hubiera pasado lo de mi papá nunca me habría animado a venir a vivir a La Paz. Él nunca me dejó viajar ni estudiar afuera.
-¿Te gusta más La Paz que Santa Cruz?, ¿no pensás volver?
-Santa Cruz y La Paz son dos mundos diferentes, no es que sean buenos o malos, son diferentes. Me gustaría quedarme tres años, después retornar porque mi tierra siempre va a ser mi tierra.
Gina Justiniano/El Deber
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